El primer contacto

Se trataba de intentar detectar la corriente de un río subterráneo, utilizando los métodos tradicionales de los zahoríes.

Tras un desolador recorrido por lo publicado al respecto, finalmente en el autor Tom Graves se encuentran los detalles prácticos, necesarios para la fabricación de unas varillas de zahorí.

Prescindiendo de las extrañas explicaciones que da a lo que sucede y a la aportación de otros muchos conceptos que pertenecen al campo de la Radiestesia, hicieron posible la construcción de una herramienta, teóricamente adecuada para este fin.

A nivel laboratorio la cosa parecía funcionar perfectamente, por lo que se hacía preciso comprobarlo sobre el terreno, con una corriente subterránea real.

Por una serie de circunstancias que no son del caso, me encontré con las varillas en la mano y sin tener nada que hacer, ante la pequeña ermita de Aedo (Burgos) España (42º56´56"N, 3º12´08"W), de la que no existe noticia alguna sobre la existencia de un río subterráneo en el lugar.

  Por puro aburrimiento, decidí comprobar si, al cómo cuentan en las historias que había leído en los escritos de los esoteristas, las varillas detectaban algo anormal.

Para mi asombro, detectaron una serie de líneas que coincidían con la forma y dimensiones de la ermita.

Parecía evidente que no era el edificio el que generaba estas líneas, ya que había algunas fuera de él.

Daba la impresión de que era la ermita la que se había construido adaptándola a ellas

En la fotografía se han puesto de manifiesto las misteriosas líneas, colocando pequeños discos blancos sobre el suelo.

Superado el sobresalto inicial y después de volver a los tres días, para confirmar que las líneas seguían allí, se plantea la duda de si será algo casual, por lo que se hace preciso realizar las mismas mediciones en otra ermita y ver lo que pasa.

La confirmación.

La ermita de San Pantaleón de Losa (Burgos) España (42º56´05"N, 3º17´28"W), tiene la particularidad de estar situada sobre una gran peña, ante la que en los periodos de sequía, el río Jerea desaparece, para reaparecer al otro lado.

Resulta un lugar adecuado para comprobar si las varillas detectan el agua bajo ella y, a la vez, verificar si en esta ermita se repite la presencia de las líneas.

Es de notar que la situación del edificio sobre la peña, no es la más destacada posible, ya que no ocupa el lugar más elevado.

Parece cómo si hubiera habido alguna importante razón, para construirla en el lugar concreto en el que se encuentra.

Se trata de una construcción románica, levantada en el año 1207, con un edificio anexo y un cementerio.

Realizadas las correspondientes mediciones, el resultado no pudo ser más satisfactorio.

Se detecta la presencia de una potente corriente, con una anchura de unos tres metros, que sin duda es la buscada.

Cerca de ella aparece una pequeña corriente secundaria, con la que no se contaba.

Esto viene a confirmar sin lugar a dudas, que las varillas de zahorí sirven para detectar corrientes de agua, situadas a una profundidad de unos 100 metros bajo la peña.

Ninguna de estas dos corrientes parece tener relación con la ermita. Lo único destacable es que la puerta de entrada al cementerio, está situada sobre la corriente secundaria y tiene exactamente su misma anchura.

Por otro lado, y una vez más, el edificio se ha construido encajado en lo que parece ser una red de líneas, que se cruzan formando ángulos muy aproximadamente rectos.

No sólo la iglesia, también lo está la construcción anexa.

Las misteriosas líneas.

Es indudable que las líneas son una realidad y que de acuerdo con ellas, se ha levantado la estructura del edificio que, por estar destinado al culto, ha de considerarse sagrado.

Esta realidad plantea una serie de preguntas a las que será necesario encontrar respuesta.

- ¿Además de agua subterránea, que es lo que detecta el zahorí con sus varillas?.

- ¿Que son las líneas?.

-¿Cuál es la relación existente entre las líneas y los lugares sagrados?

Nota: ver ampliación en http://www.comentariosamisterios.blogspot.com/